sábado, 26 de enero de 2013

Cap.31-Una noche movidita

El Martes al medio día, toda la família salió hacia Valencia. Irene hubiera preferido un poco más de vacaciones, pero no había podido ser.
Llegaron puntuales y cogieron sitio. Irene vio que Natasha ya había llegado.
-¡Irene!-le llamó Natasha desde su sitio.
Irene se giró hacia ella y le dijo:
-Luego hablamos. ¿Ok? Es que dentro de nada va a empezar el discurso ese de siempre.
Natasha asintió y siguió en la silla controlando quien iba y venía, como un robot.
Más tarde, cuando ya habían entrado todos, salió la directora y dio, como no, el discurso de bienvenida.
Acabó y todos se levantaron, Irene se despidió de sus padres y de Elena, y subió junto con Nicol a su cuarto.
Descargó todo, y en cuánto acabaron, aparecieron Adel, Carol y Mireya.
Se dieron dos besos y luego añadió Nicol:
-Ya os dije que la chica de la cafetería nos llamaría y todo ese rollo, y luego nos llamó y tal. Pues al final me ha dicho, que han atrapado a los ladrones y le han devuelto el dinero.
Una sonrisa asomó en todas las caras.
Adel abrió su maleta y...¡Estaba llena de ropa, casi ni cabían las demás cosas!
Adel se dio cuenta de las caras perplejas de sus amigas y dijo:
-¿Qué? Los reyes me han traído mucha ropa, y mi tía se fue de viaje a USA y me trajo más, y alguna de Victoria´s Secret.
-¿Pero Victoria´s Secret no es ropa interior?-preguntó Mireya.
-Ayyyyy Mireya, que también hay ropa de calle-suspiró Adel como si fueran tontas las demás.
Adel siguió hablando:
-Bueno,  creo que voy a necesitar ayuda. ¿Quién se presenta voluntaria?
Pero vio que las demás había desaparecido.
-¡Holgazanas!-gritó Adel para que las demás la oyeran.
-¡Pija!-le devolvió Carol corriendo desde el pasillo.
Irene y Nicol, se sentaron en un rinconcito de la sala común para hablar. Le contó todo su lio amoroso de Raúl y Peter, mientras Nicol ponía distintas caras de admiración, excitación y asombro.
-¡Wow! Madre mía. Que líos te llevas. Pero bueno, si estás feliz con ese tal Raúl.
Irene sonrió.
Se fueron a comer. En la comida, coincidieron con Claudia y Ana.
Charlaron un poco de lo que les había pasado en las vacaciones.
Después de comer, Irene se dio una siesta, mientras Adel aún acababa de guardar toda su ropa.
Por la tarde, en la habitación de Ana, Claudia, Natasha y algunas más, hicieron una sesión de maquillaje. Fueron muchas chicas, pero se fueron decepcionadas al ver que en la puerta había un cartel en el que ponía:
<<Lo siento, estamos a tope, por favor, no entréis, repito, no entréis>>
Irene y Adel si que entraron. Se maquillaron de muchas maneras distintas, y se hicieron un montón de peinados.
Adel se quejaba cuando tenía que esperar para mirarse al espejo. Irene iba por la habitación libremente con un cepillo en la mano derecha, y colorete en la izquierda.
Estuvieron disfrutando hasta las nueve, que tuvieron que bajar a cenar.
Cenaron muy a gusto. De cenar habían hamburguesa y ensalada.
-¿Hamburguesa y ensalada? Madre mía...-se quejó Carol pinchando la ensalada y apartándola del plato.
Pese a la ensalada, cenaron bastante bien.
Por la noche, ninguna se podía dormir, así que, Irene y Mireya se pusieron a leer, Adel también leyó, pero revistas como la Bravo. Y Carol y Nicol jugaron al Uno tranquilamente. Se notaba que Nicol no tenía mucha experiencia, porque perdió todas.
Se acostaron de nuevo a las 00:30. Pero a las 4 de la madrugada algo, mejor dicho, alguien les despertó. Fue Mireya, se levantó de la cama aún dormida y se puso a deambular por la habitación. Cogió uno de sus libros y se puso a darle al libro para que sonara como un tambor. A la vez, cantó el himno del Barcelona (equipo de fútbol, apodado Barça).
-¿Pero... q-qué hace?-se quejó Irene levantándose.
A continuación, se levantaron todas.
-No me digas que nos ha salido sonámbula-dijo Nicol.-Pero si antes no lo hacía.
Mireya dejó de cantarlo, y se pasó a cantar Candy, de Robbie Williams.
Nicol y Adel cogieron a Mireya por los brazos y los pies y la tumbaron en la cama. Irene le tapó la boca, y luego, ya no pasó nada.
Durmieron lo que pudieron hasta las 7. En el desayuno, Nicol le preguntó a Mireya:
-Mireya, ¿Eres sonámbula? Es que esta noche...
-¿Yo?
-Sí tú-se unió a la conversación Adel.
-Mmm...¡Es verdad! Sí, lo soy. Se ve que al volver a mi casa y habituarme de nuevo a mi cama y eso, me hizo volver al sonambulismo.
-¿Y eres del Barça?-se unió Irene.
-Ehh...No-contestó Mireya asombrada.-¿Por?
-Porque, hoy, a las 4 te has puesto a cantar su himno a grito pelado-le dijo Nicol.
-¿Sí? ¿En catalán y todo?-preguntó Mireya.
-Sip, en catalán y todo. Luego has cantado una de Robbie Williams, la de Candy.
-Y, por así decirlo, mal hablado, por tu culpa hemos tenido una noche "jodida".
-Lo siento mucho, de verdad-se disculpó Mireya ruborizándose.
Las demás le perdonaron y se fueron a clase un poco somnolientas.
Por la tarde, no les apetecía nada tener que ir a su deporte.
Al acabar, Irene deseó estar en casa para poder tirarse del jacuzzi, y olvidarse del mundo durante un rato. Pero como no había jacuzzi, se conformó con la ducha.
Como no tenía hambre, se quedó junto con Natasha en la sala común viendo el Hormiguero.
Natasha tenía una risa muy aguda, lo cual provocaba que cuando se reía Natasha, hiciera reír a Irene por su risa.
Se lo pasaron muy bien juntas. A las 10:30, Irene se fue a dormir, estaba agotada. Nicol, Adel y Carol igual, en cambio Mireya, no tenía ni una pizca de sueño.
Durmieron plácidamente y desearon que el despertador no sonara pronto.

domingo, 20 de enero de 2013

¡Hola!

¡Hola lectoras! Espero que os haya gustado el capítulo 30, si lo habéis leído claro.
He cambiado el cursor, ahora es un "moustache" o bigotito multicolor.
Y he puesto como una cámara en la esquina, esa que se mueve. Aunque no va a estar mucho tiempo
ahí porque marea un poco si os digo la verdad, o por lo menos a mí. así que tal vez
en menos de una semana, la cámara haya desaparecido.
Eso es todo, en cuanto pueda, empezaré el siguiente capítulo.
Muakis!

Cap.30-Regalos

El día de Año Nuevo, se lo pasaron muy bien. Irene ya compró el hámster y su jaula para Elena.
Elena, en vez de tomar uvas, tomó Lacasitos.
Se acercaba el día de Reyes y Elena cada vez tenía más ilusión.
El 5 de Enero, fueron a la cabalgata y Elena consiguió coger 2 pelotas y lo demás chuches. Irene le tuvo que acompañar de mala gana, junto con Pablo y Cristina,  que obligaron a Irene a asistir.
Por la noche, Elena estaba "rebotada". No paraba de andar para aquí, para allá y hablando todo el rato como una loca.
Irene, ya harta de la situación, cogió a Elena como si fuera un saco de patatas y la metió con ropa incluida en el jacuzzi. Puso música relajante, y le dio un breve masaje a Elena.
-Elena, cariño, entiendo que estes tan entusiasmada, todo tenemos ganas, pero tienes que tener más paciencia-explicó Irene.
Elena fue cerrando los ojos.
-Así me gusta. Aguántate esas ganas, guardalas para mañana por la mañana.
-Tengo ganas de ti-dijo Elena con los ojos cerrados.
-¿Qué dices? Eso es una película-preguntó Irene como si Elena estuviera loca.
Irene se acercó a Elena y vio que se había quedado dormida y estaba hablando en sueños.
-Esta chica está loca-murmuró Irene.
Se esperó un poco y la sacó, le puso el pijama como buena hermana y le acostó.
-¡Irene, Elena, a cenar!-llamó Cristina desde la cocina.
-Shhhhhhhhhh. ¡No grites mamá!-exclamó Irene andando hacia la cocina.
-¿Y Elena?-preguntó Cristina.
-Se ha quedado roque-dijo Irene sentándose.
-Pues hoy había su plato preferido: Hamburguesa con queso y patatas fritas.
-Ella se lo pierde. Oye, el hámster está en el garaje, vale?-le informó Irene.
-Vale, ya lo cogeremos luego...
Entró Pablo y cenaron todos.
Irene se fue a dormir también temprano.
Por la mañana, la agua voz de Elena despertó a todos.
-¡¡¡DESPERTAD, RÁPIDO!!!
-Jope la niña. ¡Si aún son las 9 y media!-pensó Irene levantándose.
Elena bajó las escaleras entusiasmada y a lo primero que fue a abrir fue la jaula del hámster, lo más grande. Se quedó de piedra.

-¡Yujuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu! ¡Viva, viva! Ahora Kiwi ya no estará solo. Además, la jaula es como un circo. Le voy a llamar...¡Arándano! Es perfecto-exclamó Elena muy feliz yendo hacia la otra jaula para coger a Kiwi y cambiarlo de jaula.
Irene fue a abrir un regalo suyo.
-Qué chula... No está nada mal. ¡Me encanta!-exclamó Irene.
-Yo voy a abrir este...Es bastante grande...-anunció Cristina orgullosa.
Cristina abrió su regalo y se llevó una sorpresa.
-¡La Nespresso, sííííííííí!-exclamó Cristina muy feliz.
Abrieron algunos regalos más, y dejaron sin abrir dos regalos para su abuela Maria, otros dos para sus abuelos, y unos para sus primos.
Se arreglaron y partieron hacia casa de su abuela Maria.
Irene creía que le iban a dejar el regalo de siempre, una bufanda con su nombre, pero en cambio, le regalaron un "culot" para Gimnasia Rítmica, una pelota, un aro, mazas y un maillot. 
-Si hago una tabla individual, me lo pondré, eso si me dejan claro-le contó Irene refiriéndose al maillot.
En casa de sus otros abuelos, a Elena le trajeron el Just Dance 4, y a Irene unas Converse.
Por la tarde, Irene empezó a hacer la maleta, porque, os días después volvería al internado.
Elena se pasó casi toda la tarde bailando, Irene después de ordenar su maleta, empezó a leer Sinsajo (se lo habían regalado), Cristina estuvo contemplando la Nespresso como si fuera el cupón ganador de la lotería y Pablo simplemente estuvo escuchando música con uno de sus discos de música clásica nuevos.
Después de cenar, Elena se quedó viendo a sus hámsters en su nueva jaula. Los dos eran chicos.
También, Adel llamó a Irene:
-¡Hola cariño!-le saludó Adel con su habitual tono de voz.
-Hola Adelaida.
-¡No me llames así!
-Vale, vale.
-Pasado mañana volvemos.
-Ya lo sé-admitió Irene con cierta tristeza.
-¿Que te han traído los queridos Reyes?
-Pues muchas cosas. Como por ejemplo... ¡Un pack completo de aparatos de rítmica!
-¡Que chachi piruli!
-¿Chachi, piruli?
-Yes cariño, es mi nuevo y super cool vocabulario. Ja, ja, ja, es broma-rio Adel.
-Hombre, no iba a ser verdad.
-¡Nos vemos pasado mañana! Por cierto, ¿Te ha llamado Nicol?
-Sip. 
-Vale, pues nos vemos. ¡Adiós!
Adel colgó e Irene igual. 

*****
-¡No!-gritó Irene.
Irene se despertó sobresaltada. Se tocó la frente, la tenía sudada. Había tenido una pesadilla en la que Raúl le amenazaba diciéndole que tenía que elegir entre sus amigas o él, que si no, mataba a sus amigas. Entonces, Irene eligió a sus amigas, y Raúl empezó a tirar tiros como un loco y una bala llegó hasta su casa y la casa se puso a arder.
Suspiró y bajó a la cocina. Encendió las luces. Entonces, escuchó unos piececitos bajar las escaleras.
-Elena, si me quieres dar un susto, ya te he oído, así que...-dijo Irene.
Elena entró en la cocina.
-¿Qué te ha pasado?-preguntó la pequeña curiosamente.
-Una pesadilla, nada más. ¿Quieres un vaso de leche? Yo me voy a hacer uno.
-No, gracias.
Irene preparó su vaso de leche y se lo bebió gustosamente.
-¿Vamos Elena?-le ofreció la mano Irene.
Elena asintió y subieron juntas.
Esta vez, Irene durmió sin pesadillas.

domingo, 13 de enero de 2013

Cap.29-Elena

El día de Navidad, el 25, la familia de Irene fue a la casa de Maria, su abuela. Maria era la madre de Pablo. Y Pablo tenía dos hermanos. En Año Nuevo iban a ir a casa de sus otros abuelos.
Se reunieron todos y comieron la típica comida navideña, y luego, recibieron las estrenas.
En total, Irene consiguió 175 euros, Elena igual.
Después se fueron. Irene recibió una llamada de Raúl:
-¿Hola?-dijo Irene.
-¡Irene! Feliz Navidad!
-Hola Raúl, igualmente.
-¿Sabes qué nuestras abuelas han quedado?
-¿Sí? Ahh... Yo acabo de salir de casa de mi abuela. Bueno, ahora estoy en mi casa...
-¿Te apetece quedar?
-¿Hoy? No sé...Vale.
-¡Bien!
-¿Donde sería?
En ese instante, Elena le dijo a Irene:
-Ireneeeeeee. Recuerda que me tienes que acompañar.
-Mierda, se me había olvidad-pensó Irene.
-Raúl, es que tengo que acompañar a mi hermana a comprar una cosa...
-No pasa nada, si al final puedes, dame un toque.
Irene colgó y se metió en el jacuzzi.
Encendió las burbujas, y enseguida el jacuzzi se había llenado de espuma blanca y burbujas.
Luego, se metió Elena.
-Elena, ¿Por qué tienes que comprarlo hoy?
-Porque sí.
-Además, ¿Qué te quieres comprar?
-Pues el Just Dance 4, dicen que mola mucho.
-Yo he jugado...Pero no cambiemos de tema. ¿No prefieres a ahorrar?
-¡No!
-Pues yo no te voy a llevar niñata compradora caprichosa compulsiva.
-¡No me llames eso!
-Lo siento, ya te lo he llamado. Ahora, déjame relajarme.
Irene cerró los ojos.
Elena, llena de furia, salió del jacuzzi, cogió el móvil de Irene y le envió un WhatsApp a Raúl diciéndole:
-Hoooolaaaaa amorrrrr, soy Ireneeeeee. Te amoooo. Quieresssssss venirrrrr estaaaaa nochee a tomarrrrrrr copasss?
En cosa de segundos, recibió la respuesta de Raúl:
-Irene, deberías ir más despacio. No sabía que te gustaba beber.
Elena respondió:
-Siiiiii me gustaaaaaaaa, molaaaaa. Vamossssss animateeeeee babyyyy.
Entonces, Irene abrió los ojos, y pilló a Elena.
Se levantó furiosa, empujó a Elena y le quitó el móvil. Rápidamente escribió:
-Raúl ha sido mi hermana, créeme.
Raúl le respondió y le dijo:
-Ok, tranquila, os espero en el parque. Venid las 2.
Irene guardó el móvil y le dijo a Elena:
-Ven, vístete, que nos vamos al parque-le ordenó Irene.
-¡Bien-exclamó Elena.
Caminaron hasta el parque, y allí, vieron a Raúl con un vaso de chocolate caliente.
-Hola Raúl-saludó Irene.
-Holaaa Raúl-saludó Elena.
-Hola guapa, hola enana malvada-saludó Raúl.
Irene se sonrojó y Elena se lo tomó como un cumplido.
-Mira, es para ti-dijo Raúl entregándole el chocolate caliente.
Elena lo cogió gustosamente y empezó a beberlo.
En un rato que Raúl se fue para comprarse un bollo, Elena le susurró a Irene:
-Irene, definitivamente Raúl me quiere. Es muy mono. Estamos hechos el uno para el otro.
Irene empezó a reírse por dentro.
Cuando llegó Raúl, Elena se puso enfrente de él y dijo:
-Raul, creo que ha llegado el momento de que nuestra relación cambie. ¿Quieres ser mi novio?
Raúl no sabía que decir.
-Elena, vete un momentín y luego te respondo.
Elena asintió y se fue.
-Irene, ¿Qué le digo?
-No sé...
-Es que no le quiero a ella...
-Ya pues...
Raúl le interrumpió a Irene dándole un mágico beso.
Cuando se separaron, Irene repuso:
-Raúl, creo que me gustas.
-Y tú a mi. ¿Entonces, quieres ser mi novia?
-Vale.
Raúl llamó a Elena y Elena volvió sonriente.
-¿Sí?
-Mira, vas a ser mi "casi-novia"
-Mmm...¿Pero estamos juntos?
-Se podría decir.
Elena asintió energéticamente.
Cuando llegaron a su casa, Raúl le guiñó un ojo a Irene.
Por la noche, Irene no paró de sonreír.

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Hola! Como en los votos de ¿Qué le falta al blog? Algunas habéis votado que haya más romanticismo,
he añadido un toque. Este capitulo lo he tenido que escribir dos veces, porque en la primera no se ha guardado y lo he tenido que copiar escribiéndolo de nuevo.
Espero que os guste
Muakis

Cap.28-Sentimientos

El Viernes, después de comer, Noelia pasó a recoger a Irene.
Fueron al cine, y allí encontraron a Laura, Maite, Jessica y a Isabel. Jessica y Maite eran menos amigas de Irene, más del montón.
Todas se alegraron de ver a Irene, e Irene de ver a todas.
Vieron una película romántica, y en el final, Jessica no paraba de llorar.
-Ya pasó Jessica, ya pasó-le consoló un poco de broma Isabel.
A las 5, dieron un pequeño paseo, y luego, volvieron a sus respectivas casas.
Irene entró en su casa como de normal, y escuchó una voz familiar. La de su abuela. Caminó hasta el salón, y se llevó una sorpresa.
-¡Abuela!-exclamó Irene.
-Hola cariño. Mira, esta es mi amiga Tere, ¿Te acuerdas de ella? Pues nos vamos a ir al bingo, y su nieto, Raúl, nos va a acompañar. Es de tu edad cariño.
Irene se fijó en los rasgos del chico. Era muy atractivo.
-Hola Tere. Y encantada de conocerte Raúl-dijo Irene tímidamente.
Raúl se acercó a Irene y le dio dos besos en las mejillas.
-Igualmente. Tu abuela ha hablado mucho de ti. Bueno, en realidad, como quedan los Viernes por la tarde, y yo justamente estoy en casa de mi abuela, les oigo...-explicó Raúl.
-¿Así? ¿Y q-que han dicho de mí?-preguntó Irene poniéndose roja.
-Cosas buenas, que eres muy guapa, en eso tienen razón, que vas al internado ese...Cosas de ese tipo-le contó Raúl.
-Ahhhh.
-En fin cariño, que nosotras nos vamos. ¿Te quieres venir, y mientras nosotras jugamos, vosotros charláis?-sugirió la abuela de Irene, Maria.
Irene le lanzo una mirada a su madre de ayuda, pero su madre no dijo nada.
-Venga vale-contestó Irene.
Raúl dejó pasar a Irene y a Tere y Maria delante, como buen caballero.
En el coche, Tere conducía y Maria iba de copiloto.
Detrás estaban Raúl e Irene. Cuando el coche arrancó, Irene vio a Peter entrando en su casa mirándola.
Luego, Peter le sacó el dedo.
-¿Pero qué hace? Si por solo ir con mi abuela y su amiga, y el nieto a jugar al bingo...Además, ya le dije que no quería nada con él-pensó Irene.
Irene le envió un WhatsApp diciéndole:
<<Mira Peter, m d igual lo q digas. Y lo del dedo t lo guardas, xq no t puedes ponr asi xq vaya cn un amigo. Ade+, no stamos saliendo ni nada>>
Llegaron al bingo, Raúl e Irene se sentaron en la zona de cafetería. Raúl pidió una Cocacola Light e Irene un zumo.
Empezaron a charlar sin darse cuenta de que el tiempo pasaba muy rápido.
Y a las 8:30, llegaron sus abuelas diciéndoles que se tenían que ir.
-¿Ya?-dijeron los dos a la vez.
Se miraron y se pusieron rojos.
-Sí. Hemos estado un montón. ¡Son las 8:30 muchachos!-exclamó Tere.
-Se me ha pasado el tiempo volando. Irene, ¿Me dices tu teléfono?-le preguntó Raúl educadamente.
-Sí claro. Y el correo electrónico y lo demás ya lo tienes, ¿Verdad?
-Sí sí.
En el coche se intercambiaron los móviles. Dejaron primero a Irene.
Cuando entró en casa, un olor humeante a galletas atrajo la atención de Irene.
-Hola mami. Que raro, este año las galletas te han salido bien.
-Muy graciosa-le contestó la madre sacando las galletas del horno.
-¡Ala, que chulas! Hombrecitos de jengibre. Esto lo tengo que subir al Twitter...-dijo Irene haciendo una foto.-Lo malo es esto...
Y le dio un mordisco a una galleta.
-¡No!-exclamó Cristina-Eran para postre. Como castigo...como castigo...¡Ya sé! Te quedas sin jacuzzi durante dos días.
Entonces, entró Elena y hizo una especie de bailecito.
-¡Toma! ¡Jacuzzi para MÍ, castigo para TI!-canturreó la pequeña.
Irene puso los ojos en blanco y subió a su cuarto. Se tuvo que conformar con la ducha.
A la hora de cenar, recibió un WhatsApp de Peter:
<<¿¿Un amigo?? Si seguro. Y sobre lo del dedo, t lo he hecho cn la izquierda, es decir, t quiero, con la derecha si q es insulto>>
De postre, todos comieron galletas, menos Irene. Como sobraron 4, Cristina dijo:
-Irene, llévaselo a los Garcia, los vecinos. Por favor, siempre han sido muy amables con nosotros, y ya sabes...
-¿Se los puedo llevar Elena? Yo estoy bastante cansada y prefiero irme a dormir.
-¡Yo no!-gruñó Elena.
-Las dos y punto-puso orden Pablo.
Las dos se levantaron a regañadientes y salieron de la casa, en 7 pasos ya estaban en la casa de los Garcia.
Elena llamó al timbre. En menos de 5 segundos, la puerta ya estaba abierta, y la había abierto Peter.
-¡Hola Peter! Mira te traemos galletas-repuso Elena con cara sonriente.
Peter miró a Irene y luego respondió:
-Muchas gracias. ¿Queréis pasar? Estamos haciendo chocolate caliente.
-¡Sí!-respondió Elena, que le encantaba el chocolate caliente.
-¡No! Es tarde-respondió Irene.
-Se lo voy a preguntar a mamá y a papá, verás como dicen que sí.
Elena salió disparada hacia su casa. Volvió enseguida junto con Pablo y Cristina.
Todos entraron, incluso Irene.
Pero nada más entrar, Irene se metió en el baño de Peter, pues es el que estaba más cerca y no salió.
-¿Qué le pasa?-preguntó la madre de Peter a Cristina.
-No nada, está en esos días del mes-mintió Cristina.
-Ahh, pobrecita-se compadeció la madre de Peter.-La entiendo.
Cuando acabaron, llamaron a Irene para que saliera.
En el rato que Irene había estado en el baño, había descubierto que, Peter utilizaba boxers de Calvin Klein, puesto que el cubo de la ropa sucia estaba en el baño, y la tapa no estaba, que Peter utilizaba Gilette y algunas cosas más.
Esa noche, Irene no pudo reconciliar el sueño, pues tenía muchos pensamientos en mente, y sobretodo, a Raúl.




sábado, 12 de enero de 2013

Cap.27-Sorpresas y amistades

Al llegar a Castellón, aparcaron en su garaje y ayudaron a Irene a subir las maletas por las escaleras, ya que ellos vivían en una casa.
-¿Puedo ver a Kiwi?-le preguntó Irene a Elena.
-Sí...Esta vez te has acordado, eh?-respondió Elena.
Elena fue al salón, seguida de Irene.
-Míralo. Oins... Es muy "cookie"-dijo Elena contemplando al pequeño hámster.
-Ohh, es verdad. Pero pobrecito, está solito-añadió Irene.
-Sí...-dijo con tristeza Elena.
Entonces, en ese momento, Irene pensó en una buena idea.
Luego, ella dejó su ropa en su armario bien ordenada y se sentó a revisar su Gmail.
Solo tenía uno, y era de Peter.
-¿Me llamará? ¿O le llamo yo?-pensaba una y otra vez Irene.
En unos minutos, el teléfono de su casa sonó.
Irene recorrió los pasillos corriendo, bajó las escaleras, pero su madre ya lo había cogido.
-¿Sí? Huy hola. ¿Qué tal? Me alegro de que estés bien. ¿Que te pase a Irene? ¿Para? Si tú lo dices...-dijo Cristina hablando con Peter desde el teléfono.
Irene cogió el teléfono y subió de nuevo a su cuarto.
-¿Diga? Hola... ¿A patinar? ¿Sobre hielo? Vale, aunque no sé muy bien. Pues por la tarde entonces. Sip. Jeje, gracias. Adiós, hasta luego-habló Irene con Peter.
La conversación había sido muy corta, pero los dos la habían disfrutado.
Más tarde, Irene se fue a jugar con Elena al Gestos, hasta la hora de comer.
Después de comer, en la cocina, mientras Irene ayudaba a su madre (Cristina), a lavar los platos, Irene le contó su idea.
-Mamá, he tenido una buena idea.
-¿Cual?
-Pues mira, para Reyes, le voy a comprar con mi dinero otro hámster a Elena y otra jaula.
-¿Otro?
-Sí, Elena dice que siente solo. Porfaaaaaa, además, es un acto solidario por mi parte.
-Venga vale. Pero recuerda, es como si se lo hubieran traído los Reyes.
-Sí mami. ¡Gracias!
Irene se fue satisfecha de la cocina. Vio un película junto con su padre, y a las 4:30 recibió una visita inesperada.
-¡Laura!-exclamó Irene.
-Hola Irene.
Se dieron un abrazo y siguieron hablando.
-¿Qué te trae por aquí?
-Pues, ya que pasaba quería saludarte y decirte que pasado mañana, el Viernes, iremos todas al cine. ¿te apuntas, verdad?
-¡Pues claro! Una cosa...siento lo de tu abuela-respondió Irene.
-No pasa nada-dijo Laura mientras una lagrimilla se le escapaba, aunque se la quitó rápidamente.
-Pues nos vemos. Adiós Irenita. Por cierto, todas te echábamos de menos-se despidió Laura.
Irene sonrió y se metió a dentro de nuevo.
Se arregló y se maquilló como mejor pudo. Se dejó el pelo suelto. A las 5:15 salió de su casa, y esperó en la calle. En menos de cinco minutos, Peter ya estaba allí.
-Hola Irene...Si que has cambiado-le dijo Peter a Irene.
-Mmm...Si solo he estado un trimestre fuera.
-Ya, pero yo hacia tiempo que no te veía.
-Ah claro.
Caminaron un cuarto de hora. Cuando llegaron a la pista de patinaje, se dieron cuenta de que no había mucha gente, lo que hizo un poco incomoda la situación.
Se pusieron los patines y salieron a la pista. Al principio Irene se resbalaba, pero ahí estaba Peter para cogerla. Irene se sentía incomoda. Pese que le gustaba patinar, no lo estaba pasando bien.
-Peter, me voy. Mira, te lo voy a decir. No lo estoy pasando bien, me encuentro incomoda. Creo que mejor... Terminemos esa relación rara que tenemos. Lo siento-decidió decir la joven gimnasta.
Edu se quedó un poco asombrado.
-Vale Irene. Te comprendo. No pasa nada. Yo te seguiré queriendo igual-contestó Peter un poco triste.
Irene salió de la pista con prisa.
Peter contempló como esta salía.
Total, que sobre las 6 menos cuarto, Irene estaba devuelta en casa.
Como se aburría, llamó a Noelia:
-¿Noe?-dijo Irene.
-¡¿Irene?! Hola cariño. ¿Qué tal?
-Muy bien guapa, ¿Y tú?
-También. Pasado mañana al cine, ¿Eh?
-Sí, sí-respondió Irene sonriendo.
-¿Que me cuentas?
-Nada. Bueno sí, muchas cosas, ahora no hay tiempo...
-Que si que hay tiempo, es más, tenemos todo el tiempo del mundo.
-¿Por aquí? Mejor no.
-Mira, hace un mes, sobre a principios de Noviembre, inauguraron un Starbucks.
-¿Sip? 
-Sip. ¿Quieres que me acerque a tu casa y vamos las dos?
-¡Vale! Invito yo ¿Oki?
-No. Que tú eres la que viene del internado. Además, que tengo mucho dinerito.
-Y yo. Pero si insistes...
-Vale, en 10 minutos estoy allí.
Noelia colgó.
Irene esperó en el salón contemplando como Kiwi subía y bajaba de su tobogán y de las escaleritas.
Sonó el timbre de su casa y salió disparada.
-¡Mamá me voy con Noe !-gritó Irene abriendo la puerta.
Irene saltó hacia Noelia.
-¡Noelia!-gritó entusiasmada.
-¡Irene!-devolvió el entusiasmo Noelia.
Anduvieron charlando hasta el Starbucks.
Irene le contó que su lista de mejores amigas de había ampliado.
Se sentaron y pidieron. Charlaron un montón, pero sobretodo Irene fue la que más contó.
Al acabar, el móvil de Irene sonó.
-¿Diga? ¡Nicol! Aja...Mmm...¿Cuando vayamos, verdad? Vale, gracias. Y por cierto, he dejado a tu primo. Ya hablaremos otro día. Sí. Adiós guapetona.
-¿Quién era?-preguntó Noelia.-Además, me tienes que contar eso de: he dejado a tu primo.
-Una amiga de allí. Y ya te lo contaré, ahora no.
Cuando salieron del Starbucks, ya se había hecho de noche.
-Te acompaño a casa-dijo Noelia.
Llegaron a casa de Irene, y Noelia se despidió.
-Mamá, he vuelto. Voy a cogerte un momento un perfume que tienes tú en tu baño...-anunció Irene subiendo las escaleras.
-No Irene, no-le negó Cristina.
Pero Irene hizo caso omiso y siguió subiendo.
Cristina siguió a Irene, intentando pararla. Pero fue demasiado tarde.

Irene abrió la puerta del baño de sus padres y se llevó una sorpresa enorme. El baño estaba reformado y con un jacuzzi. Y Elena apunto de meterse dentro.
Irene abrió los ojos mucho y luego añadió:
-¿POR QUÉ NO ME LO HABEIS CONTADO?
-¿Y yo qué? ¡Un poco de intimidad!-exclamó Elena tapándose con una toalla.
-Era una sorpresa cariño-explicó Cristina.
Irene gruñó y luego dijo sonriente:
-Elena, haz un sitio, que haya voy.
Cristina se sintió aliviada y bajó abajo.
Elena estaba contrariada, pero no se quejó.
Disfrutaron hasta la hora de cenar el jacuzzi. Se relajaron, jugaron y hasta encendieron la radio y hicieron como pudieron bailes.
Luego se vistieron con sus pijamas y cenaron en família, como hacían antes de que Irene se fuera.




viernes, 11 de enero de 2013

Cap.26-Despedidas

El Domingo al mediodía, Irene empezó a hacer la maleta, pues el Miércoles por fin volvería a su casa.
Recogió su ropa, ya lavada y dejó dos pares de vaqueros, unas camisetas y ropa interior fuera de la maleta.
Acabó y bajó al comedor entusiasmada pensando que en menos de una semana volvería a su hogar.
Comió sola en una silla. Cuando se estaba acabando el postre, apareció Adel con su habitual peinado.
-Hola Irene. ¿What´s app?-preguntó Adel cogiéndose una silla sin darse cuenta de que una chica estaba apunto de sentarse en ella.
-¡Ay!-exclamó la chica enfurecida, tirada en el suelo.
Adel empezó a pedir disculpas a diestro y siniestro.
La chica se fue enfadada.
-¿No comes?-le preguntó Irene extrañada.
-Nop. ¿No te has enterado que nos he nos hemos ido al McDonald's???-le respondió Adel.
-¿QUÉÉÉÉÉ?-dijo Irene.
Adel rió.
-Pues claro. ¡Es verdad! Que tú estabas recogiendo tu ropa-recordó Adel.
-Me podríais haber avisado-se quejó Irene encogiéndose de hombros.
- Lo siento. Dentro de nada...¡Volvemos a casa!-exclamó Adel.
-Sí. ¿Qué hacemos?-volvió a preguntar Irene.
-Mmm...¿Nos pintamos las uñas?-sugirió Adel.
-No me apetece-contestó Irene saliendo del comedor.
-Mierda-dijo Irene mirando a Edu como se acercaba.
-De mierda nada monada-le corrigió Adel.
-Hola preciosas-saludó Edu con su radiante sonrisa.
-Holaaaaaaaaaaaaa-le devolvió el saludo Adel.
-Hombre, si eres tú. Creo que se lo que quieres. ¿Otro beso?-le dijo Edu.
Adel asintió energéticamente.
Edu le dio un "pico" a Adel.
-Gracias-le agradeció Adel.
Edu guiñó un ojo y se fue.
-PUAG. Ese tío da asco. Es un chulo de mie***-criticó Irene.
Adel le dio un pequeño golpecito en el hombro.
Al final, subieron a su habitación y se pintaron las uñas con distintos colores fosforescentes.
A la hora de la cena, cenaron pizzas de Telepizza que habían encargado.
El Lunes y el Martes a Irene se le hizo eternos, pero el Miércoles no.
A las 12 y media del Miércoles, se reunieron otra vez como en el primer día en el jardín, la puerta principal.
Dieron la típica charla de feliz Navidad y tal. Irene se despidió de todas y quedaron en que se mandarían mensajes. Irene salió del recinto animada, y nada más entrar en el coche, abrió el sobre en que contenía las notas. Las sacó bastante buenas, como de costumbre. Luego, se embarcaron en un corto, pero eterno viaje a Castellón.

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Hola! Este capitulo es super corto, dentro de poco escribiré otro más largo, tranquilas.
Muakis!







lunes, 7 de enero de 2013

Tiempo

Hola queridas lectoras. Os anuncio que no voy a escribir mucho estos días. Ando un poco ajetreada.
El fin de semana intentaré. Lo siento.
Espero que lo entendáis.
Muchos Muakis.